Tortícolis

¿Qué es la tortícolis?


Muchas afecciones físicas pueden pasar desapercibidas porque los síntomas no son inmediatamente reconocibles. Este no es el caso de la tortícolis. La tortícolis se identifica fácilmente cuando la cabeza de su bebé se inclina persistentemente hacia un lado. El nombre deriva de dos palabras latinas, "tortus" y "collum", que al combinarse significan "cuello torcido", y la afección es más común de lo que imagina. Hogg Therapy está aquí para ayudarle en el proceso de diagnóstico y tratamiento para que las cosas sean lo más fáciles posible tanto para usted como para su hijo.

  • Tortícolis congénita y adquirida

    La tortícolis generalmente se diagnostica como congénita (presente al nacer) o adquirida (desarrollada más tarde, durante la infancia o la niñez). A pesar de estar presente al nacer, la tortícolis congénita infantil no suele manifestarse hasta que el bebé tiene varias semanas de vida y empieza a tener mayor control sobre los movimientos de la cabeza y el cuello.

  • Causas de la tortícolis

    La tortícolis muscular congénita se produce por el acortamiento y la contracción del músculo esternocleidomastoideo (ECM). Este músculo recorre ambos lados del cuello y controla el movimiento de la cabeza de lado a lado y de arriba a abajo. Algunas posibles causas incluyen: • La posición del bebé en el útero antes del nacimiento • Desarrollo anormal del ECM • Daño muscular durante el parto La tortícolis adquirida puede deberse a diversos problemas, desde leves hasta muy graves. Este tipo de tortícolis puede deberse a: • Una infección leve, generalmente viral • Problemas de visión conocidos como tortícolis ocular • Una reacción adversa a un medicamento, también conocida como reacción distónica

  • Diagnóstico de la tortícolis

    La tortícolis a menudo se diagnostica con base en el historial médico y un examen físico. En algunos casos, podría requerirse una resonancia magnética o radiografías si el médico de su hijo cree que el problema subyacente es esquelético. Al hablar sobre el historial médico de su bebé, espere que el médico le haga este tipo de preguntas: • ¿Cuándo se desarrolló la tortícolis? ¿Fue repentina o gradual? • ¿Hubo algún traumatismo o lesión en la cabeza o el cuello? • ¿Su hijo ha tenido fiebre o infección? • ¿Ha notado otros síntomas? • ¿Su bebé ha estado expuesto a algún medicamento u otras sustancias potencialmente dañinas? Durante el examen físico, el médico de su hijo realizará lo siguiente: • Verificar el rango de movimiento en la cabeza y el cuello de su hijo • Palpar el músculo esternocleidomastoideo (ESCM) a ambos lados del cuello. Aproximadamente uno de cada tres casos de tortícolis congénita presenta un bulto o "pseudotumor" en este músculo • Buscar la presencia o ausencia de asimetría en la cara y la cabeza de su hijo que indique una afección llamada plagiocefalia. Aunque el término "tortícolis" pueda parecer complejo o intimidante, la afección en sí misma simplemente indica que un lado de la cara y el cuello está más desarrollado debido a la tensión de los músculos del cuello. • Examine las caderas de su hijo y su rango de movimiento. Los bebés con tortícolis congénita tienen un riesgo ligeramente mayor de desarrollar displasia de cadera.

  • Tratamientos para la tortícolis

    Como ocurre con la mayoría de las afecciones médicas, cuanto antes se inicie el tratamiento para la tortícolis, mejor será el resultado. La fisioterapia es el tratamiento de primera línea para la tortícolis congénita y es más eficaz cuando el bebé tiene entre tres y seis meses. Los fisioterapeutas pediátricos de Hogg Therapy se encuentran entre los mejores en su campo y le brindarán todas las herramientas y el conocimiento necesarios para que usted y su hijo tengan éxito. Es importante ser constante con las citas de fisioterapia de su hijo, ya que es posible que no vea una mejoría completa hasta que su bebé haya estado en tratamiento durante seis meses. Algunos consejos útiles antes de comenzar la fisioterapia son: • Anime a su bebé a girar la cabeza en ambas direcciones usando sus juguetes favoritos y sonidos novedosos para captar su atención. Tenga en cuenta que su bebé no puede lesionarse el cuello al girarlo por sí solo. • Durante la alimentación, ofrézcale el biberón o el pecho de forma que invite a su bebé a girarse hacia la dirección que no prefiera. • Al acostar a su hijo, colóquelo de lado, mirando hacia la pared del dormitorio. Los bebés son curiosos por naturaleza, y esta posición hará que se giren activamente para mirar la habitación. Este movimiento estirará los músculos tensos y creará tensión en los músculos laxos. • Limite el tiempo que su bebé pasa en lugares donde su cabeza probablemente descanse en una posición fija, como columpios y sillas de auto. • ¡Permita que su bebé pase mucho tiempo boca abajo! Si su bebé se inquieta mientras está en el suelo, apoyarlo sobre su pecho también se considera tiempo boca abajo.